Ya estamos en el piso. Ayer, día 3, llego el primer batallón a Sinforiano Street. Josito, Redondo y Diego vuelven a ser Sinforianos, solo nos queda Cere que se llegará en breve. Mientras este no se una, o hasta que consideremos necesario, tendremos entre nuestras filas a dos bravos guerreros: Cesar que se estará durante toda la campaña por tierras herculinas y luego A. Angulo, ya conocido por todos, que se quedará por aquí hasta que el capitán Madrid lo reclame.
Nuestra intención era seguir en la línea de los posts anteriores de Sinforiano Street. Pero los hechos trascendentales que nos ocurren los contamos, así que os narraremos nuestro viaje:
Todo empezó en tierras pontevedresas, allí donde nacen todos los grandes viajes. A marchas forzadas, Berto y yo, habiamos conseguido tener, no muy a destiempo, todo preparado. El viaje hasta A Coruña se nos había presumido duro (Renault 5, ciento y pico kilometros, cargados en exceso,...), aun así deseábamos vivirlo. Redondo y Cesar se hicieron esperar, eso sí, no tardaron tanto en excusarse alegando problemas técnicos. Entramos junto a nuestras pertenencias en el carruaje que nos llevaría hasta nuestro destino. Un tiempo para saludos, quetales y demás parafernalias y otro tiempo para sincerarnos expresando nuestros temores. Pero entonces actuó Redondo y mitigó nuestro sufrimiento con una frase que quedará eternamente grababada en mi mente: "Tened fé, este R5 tiene corazón de R4, aguantará". Redondo creía en este coche y nosotros creiamos en Redondo. El viaje tenía que comenzar.
El viaje fue largo y duro; tambien lleno de imprevistos y de misteriosas anecdotas. Esta odisea la vivimos cuatro hombres, y cuatro hombres os la contarán. El siguiente turno empieza ahora.
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