De como conocí a Litorio.

Como si de un relámpago se tratase aquella mujer salió de mi vida del mismo modo que entró.
Llegó por un extraño puente renacentista y cuando se fue se lo llevó con ella.
Cuando crucé la esquina de la calle Venezuela con Gran Vía sentí que aquella ciudad no era para mi aunque de vez en cuando me apeteciese vivirla (de noche, por supuesto).
Pero bueno, voy a dejarme de chorradas y contar sencillamente como conocí a Don Litorio.
Cuando crucé la citada esquina llamó mi atención el cartel de un establecimiento "LAS PIZZAS DE ROSSI" y decidí entrar a tomarme una. Me senté en la barra y le pedí a la camarera una cocacola y una porción de pizza. Tras un rato observando a la camarera giré la vista a mi derecha y allí estaba. El tipo aquel se las traía. Era un tio raro de cojones y más raro se hacía viendolo allí, bebiendo chicheme y leyendo un extraño periódico titulado El Siglo.
-¡Qué miras!
-Perdone
-Ni perdone ni hostias, ¡no me mires!
-¡Yo miro a quien me sale de las pelotas!
-UUUH Cuidado con el chaval que se pone gallito.
Aquel tipo me puso nervioso pero tengo que admitir que despertó en mi una extraña atracción.
-Por cierto, me llaman Don Litorio.
-Me alegro por usted.
Terminé de comer la porción de pizza que me habían puesto en mitad de la discusión y me fui del local sin decir nada.
¿Volvería a ver a aquel extraño personaje?, ¿Jugaría el destino un papel fundamental al haberme echo entrar en aquella pizzería?.
Eran preguntas para las que no había respuesta... de momento.

8/12/1963